El sector hotelero y turístico en Colombia se despierta en cuestión de seguridad
Por Patricia Bejarano
El sector hotelero y turístico es uno de los grandes dinamizadores del desarrollo económico colombiano. Su aporte al PIB es de alrededor del 3,8%, y, aunque en la actualidad no atraviesa por su mejor momento debido a la crisis sanitaria por cuenta del coronavirus, la futura reactivación económica requerirá mejorar la infraestructura para atraer el turismo y continuar captando, como lo ha hecho históricamente, inversión extranjera directa y generando empleo.
De hecho, el Gobierno acaba de anunciar las decisiones que se tomarán para reactivar el sector. La nuevas medidas exoneran del IVA, hasta fin de año, a todos los servicios de hotelería y turismo y suspende temporalmente la sobretasa de energía para alojamientos y parques temáticos.
Esta reactivación obliga a los responsables del sector turístico a consolidar nuevamente las estrategias de seguridad y vigilancia en cada uno de sus activos, y enfocarse en trabajar por conseguir la tranquilidad y el bienestar de los turistas, para que Colombia vuelva a ser uno de los destinos más apetecidos.
Vale la pena resaltar que, como principio fundamental en seguridad en este sector, es clave adelantar estrategias de protección y vigilancia las 24 horas del día, con el objetivo de anticiparse a cualquier incidente que pueda ocurrir, para procurar entornos seguros sin sensación de peligro, miedo o incertidumbre, lo cual es totalmente incompatible con la promesa de un producto turístico.
Por ello, es fundamental implementar sistemas de seguridad integrales de alta calidad y desarrollo tecnológico para evitar actos delincuenciales en los activos y en la información. Igualmente, es primordial asignar vigilantes altamente capacitados para responder eficientemente tanto a las necesidades básicas dentro de su desempeño, como a las situaciones que representen peligro inminente debido a catástrofes naturales o derivados de la acción delictiva, bajo situaciones de alta presión sicológica en las que salgan a relucir capacidades de prevención y disuasión, detección y alarma, y reconocimiento e identificación.
Incluso, en los procedimientos típicos de seguridad deben establecerse previamente planes de contingencia para la protección de las instalaciones, colaboradores y huéspedes, que incluyan equipos de seguridad, control electrónico, primeros auxilios y bomberos.
Igualmente, es importante destacar que en este sector los medios tecnológicos cobran relevancia: los CCTV y los controles de acceso de personal deben tener analítica avanzada de video, con cámaras de reconocimiento facial y biometría de alta capacidad, para una reacción rápida y oportuna.