Por Patricia Bejarano Herrera

La seguridad física se ha convertido en una de las estrategias fundamentales para proteger los activos personales y organizacionales, pues de ella depende el crecimiento, desarrollo y continuidad de los objetivos estratégicos.

Los tiempos actuales han traído una mayor vulnerabilidad en la sociedad, en especial, en todos los asuntos relacionados con seguridad como consecuencia de la pandemia producida por el covid-19. El incremento de actos ilegales que han invadido nuestras ciudades obliga a evaluar en forma contundente los modelos utilizados para preservar y proteger las vidas y los activos.

De ahí, la importancia de contar con aliados estratégicos para evitar ataques o incidentes a través de sistemas de contramedidas tangibles que salvaguarden sus bienes inmuebles, sistemas informáticos, objetivos estratégicos, infraestructura crítica y la integridad de todos los bienes y personas que requieran protección, ya sea por daños causados por desastres naturales o acciones hostiles por parte de otras personas.

Para establecer una cultura orientada a la seguridad física y lograr un estado de bienestar general, es fundamental adelantar, como primera medida, un análisis personalizado de riesgos para cada activo susceptible de ser defendido.

En cuestión de seguridad física, lo más importante es la prevención. Este análisis permite anticiparse a las amenazas en torno al objetivo estratégico que se quiera defender y, además, incrementa la capacidad de reacción del talento humano involucrado de una manera eficaz y eficiente.

Una vez definido este análisis, se podrán alinear, de manera efectiva, los recursos necesarios para evitar o minimizar las posibilidades de los riesgos y perturbaciones potenciales que se puedan presentar.

Vehículos, elementos de comunicaciones, minutas, entre otros elementos, hacen parte fundamental del engranaje de seguridad física de los activos. Sin embargo, los guardas y supervisores deben estar ubicados en primera línea del interés estratégico organizacional, basado en la creación de capacidades para generar entornos seguros y habilidades especiales para evaluar las posibilidades de una amenaza desconocida, pues son ellos los directamente responsables del plano táctico de la seguridad física.