Por Marcela Morales Gómez

El negocio de las grandes superficies representa un comercio moderno y diversificado. Mundialmente, este formato se ha desarrollado de acuerdo con los nuevos hábitos de consumo de la población. Colombia no es la excepción, aunque su historia es relativamente reciente, con un crecimiento paulatino en ciudades grandes e intermedias en donde se registra un poder adquisitivo en crecimiento.

Las grandes superficies también son conocidas como autoservicios, que venden gran variedad de productos de diferentes categorías, como alimentos, artículos para el hogar, ropa, electrodomésticos, entre otros. El sector es uno de los más dinámicos de la economía y se caracteriza por ser superficies superiores a 2.500 metros cuadrados, manejar flexibilidad de horarios, brindar servicios adicionales al cliente (bancos, cajeros, comidas rápidas, estaciones de combustible) y otros que completan una oferta de conveniencia para sus usuarios, lo que hace que se requiera de una operación a gran escala en cuanto a los lineamientos que mueven diariamente las grandes superficies.

Este tipo de negocios se consideran negocios logísticos, ya que sus niveles de rentabilidad están representados por eficiencia en la oferta y en los procesos de venta. Articulan en un solo lugar un universo de productos que combinan elementos y servicios de todo tipo, lo cual suma un importante valor y capital económico.

En cuanto a seguridad, se requiere proteger la infraestructura del establecimiento, que, además de los espacios de servicio al cliente, incluyen áreas destinadas al almacenamiento y la logística propia del negocio. De otro lado, también se requiere del apoyo permanente en los procesos de atención al cliente. Por la naturaleza de la oferta, existe una gran exposición del negocio hacia el hurto, principalmente de elementos menores, que, al final, representan pérdidas muy altas para este modelo de negocio.

La prioridad siempre será minimizar los riesgos con la implementación de un adecuado esquema de seguridad a cargo de profesionales, quienes se integran a la operación diaria de este formato de negocios con el uso de avanzadas herramientas, entre las que se encuentran cámaras de seguridad conectadas a sofisticadas centros de control, los cuales funcionan con sistemas de videoverificación, que reconocen facialmente a aquellas personas sospechosas de actos ilícitos. Así mismo, tienen la posibilidad de reaccionar ante cualquier alerta de pánico o evento que requiera una intervención oportuna.

En grandes superficies también se mueve un alto número de transacciones, muchas de ellas en efectivo, porque se hace necesario el uso de cajas fuertes y la custodia de estos valores en toda la gestión logística requerida.